Adelgazar comiendo de todo es posible con la llamada dieta disociada, cuya clave es no mezclar determinados alimentos dentro de una misa comida. Por ejemplo, un bistec con patatas engorda, mientras que con verduras no lo hace puesto que para el organismo es más fácil asimilar las proteínas del bistec si no se mezcla con el hidrato de carbono que contienen las papas.
Cuando hagas esta dieta mi apreciada amiga, procura solo consumir estos alimentos: carnes rojas o blancas, pescado blaco, embutidos, leche, queso y derivados lácteos para obtener proteínas; pan, pasta, arroz, harinas, cereales, plátanos, higos, dátiles, castañas, legumbres, mermelada, miel y patatas para conseguir el hidrato de carbono; y los neutros como verduras y hortalizas (excepto la papa) y frutas que no sean higos, dátiles ni castañas.
Al desayuno puedes preparar medio kilo de fruta como melocotòn o kiwi. Para el almuerzo una ensalada con lechuga, zanahoria y una verdura de hoja verde cruda como la espinaca o los berros, y un plato de pasta, arroz o legumbres con verduras cocida. La cena debe ser un plato de verdura hervida sin papa, o verdura en puré o sopa y carne o pescado, o queso, embutidos de un solo tipo, o jamón coido o salchichón. Entre horas puedes consumir frutas a voluntad pero de un solo tipo, preferiblemente peras o cerezas.
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