Mantener las pestañas sanas y fuertes no sólo es deseable por razones estéticas, también porque de esta forma desarrollarán mejor sus funciones naturales: proteger los ojos y al mismo tiempo dar sombra.
Las pestañas actúan de barrera frente al polvo y cualquier cuerpo extraño, además filtran la luz de sol haciéndola más soportable. Si crecen poco se recomienda pestañear con frecuencia, pero después pueden aparecer patas de gallo. Existen cremas a base de queratina y aceite de ricino que acondicionan, nutren e hidratan la superficie capilar, garantizando un efecto fortalecedor a corto y largo plazo.
Cepillado diario: Aunque no tengamos por costumbre maquillar las pestañas, resulta muy conveniente cepillarlas con un peine especial y extender sobre ellas una fina capa de aceite de ricino o una crema fortalecedora específica para favorecer su crecimiento.
El modo de hacerlo es siempre de abajo a arriba y desde la raíz hacia el extremo. Las dosis deben ser mínimas para evitar que el producto entre en contacto con la conjuntiva del ojo y prevenir así posibles irritaciones.
Vedette Faja
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